Analizamos el proceso de desahucio por precario junto a los derechos y obligaciones que tienen los padres respecto a sus hijos adultos

Desahucio de hijos adultos del domicilio familiar: un caso reciente

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Un caso reciente ha puesto de relieve la situación que muchas familias pueden estar viviendo y abre el debate sobre la independencia de los hijos adultos en España y las dificultades de convivencia que pueden surgir. En un reciente fallo judicial, el Juzgado de Primera Instancia nº 19 de Zaragoza ha ordenado el desahucio de un hombre de 40 años que fue demandado para que abandonara el domicilio familiar.

Desahuciar a un hijo adulto sin recurrir a la vía penal

La convivencia se había vuelto “insostenible” para los padres, quienes habían sufrido maltrato psicológico por parte de su hijo, según relata su abogada. A pesar de esto, no querían recurrir a la vía penal ni solicitar una orden de alejamiento, eligiendo finalmente el desahucio por precario.

El Tribunal Supremo ha establecido que el derecho de los hijos a la prestación alimenticia subsiste tras la mayoría de edad, cuando permanezca en una situación de necesidad que no le sea imputable, es decir, hasta alcanzar la suficiencia económica (es este caso), siempre y cuando la necesidad no haya sido creada por la conducta del propio hijo. Es el clásico ejemplo de los universitarios que sacan adelante sus estudios, pero no el de quienes se limitan a matricularse año tras año, lo cual da para otro artículo, pues cada caso tiene sus propias particularidades.

Además, la prestación de alimentos no contempla necesariamente la obligación de mantenerlos bajo el mismo techo, ya que estos constituyen, como recoge el artículo 142 del Código Civil, lo indispensable para el sustento como la habitación (se encuentre o no en dicho domicilio), el vestido, la asistencia médica, la educación…

Atendiendo a este caso, debemos destacar que, según el Derecho Foral Aragonés, los padres tienen la obligación de alimentos con los hijos hasta los 26 años como máximo; por otro lado, el hijo ya contaba con un trabajo estable y solvencia económica, permitiéndole adquirir una vivienda donde residir.

En qué consiste el desahucio por precario

El desahucio por precario es un proceso que se utiliza cuando una persona está ocupando un inmueble sin tener un título legítimo que le habilite para ello. Se trata de una situación en la que se utiliza de forma gratuita un bien ajeno por alguien cuya posesión no le corresponde. Este proceso puede ser iniciado por los padres contra un hijo adulto que vive en su casa sin pagar renta alguna.

Las fases del procedimiento de un desahucio por precario

Presentación de la demanda: hay que interponer una demanda en el juzgado correspondiente explicando la situación y proporcionando cualquier evidencia que respalde el caso. Será necesaria la intervención de abogado y procurador.

Notificación: una vez presentada la demanda, el juzgado notificará al demandado (en este caso el hijo) sobre el inicio del proceso de desahucio. El demandado tendrá un plazo para responder.

Juicio: si no abandona voluntariamente la vivienda, se celebrará un juicio, durante el cual ambas partes podrán presentar sus argumentos y evidencias.

Sentencia: tras el juicio, si la autoridad judicial da la razón a los demandantes, se emitirá una orden de desahucio.

Ejecución: si el demandado no cumple con la orden de desahucio y se niega a abandonar la casa, los padres pueden solicitar la ejecución de la sentencia.

El hijo debe abandonar el domicilio familiar al ser económicamente solvente

El hijo no se presentó al juicio ni contestó a la demanda, lo que obligó a la magistrada a pronunciarse sin conocer su opinión. La sentencia indica que tendrá que dejar libre el domicilio de sus progenitores bajo apercibimiento de lanzamiento si no lo abandona en plazo legal. En cualquier caso, la sentencia aún no es firme, ya que cabe recurso de apelación.

4 mitos sobre el desahucio de hijos adultos                 

Mito 1: Los padres no pueden desahuciar a sus hijos adultos

Realidad: los padres pueden iniciar un proceso de desahucio contra sus hijos mayores de edad si viven en su casa sin un título para ello y sin realizar el pago de renta alguna, además de ser económicamente independientes.

Mito 2: Los hijos adultos tienen derecho a vivir en la casa de sus padres indefinidamente

Realidad: ser hijo o hija del propietario o arrendatario no da derecho a vivir en ella. Si el hijo adulto es solvente y tiene un trabajo estable, los padres pueden iniciar un proceso de desahucio, ya que la ley los respalda en situaciones como esta. Además, la obligación de alimentos no contempla específicamente mantenerlos bajo el mismo techo.

Mito 3: El desahucio por precario es un proceso penal

Realidad: el desahucio por precario es un proceso civil. Los padres pueden optar por la vía del desahucio por precario en lugar de recurrir a la vía penal.

Mito 4: La obligación de prestar alimentos a los hijos cesa al cumplir estos la mayoría de edad

Realidad: aunque la obligación de proveer la pensión alimenticia cesa al cumplir los hijos la mayoría de edad, también subsiste cuando continúa la situación de necesidad mientras no les sea imputable.

Si te encuentras en una situación similar, recuerda que hay recursos y profesionales dispuestos a ayudarte a navegar por estas aguas legales y que estamos aquí para proporcionarte la ayuda e información que necesites.

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